Un reciente informe publicado por el sindicato irlandés Mandate ha revelado que casi dos tercios de los trabajadores del comercio minorista del país ganan menos de 451 euros semanales debido a la escasez de horas de trabajo. El informe pone de relieve el impacto de la pobreza salarial en los trabajadores del sector del comercio y pide medidas urgentes para abordar el problema.

Según el informe, en el que se encuestó a más de 1.000 trabajadores del comercio minorista de todo el país, más del 60% de los encuestados afirmaron ganar menos de 451 euros a la semana. Esta cifra está muy por debajo del salario mínimo vital en Irlanda, fijado actualmente en 12,30 euros por hora, lo que equivale a unos 497 euros por semana para un trabajador a tiempo completo.

El informe también constata que el problema de los bajos salarios en el sector del comercio está estrechamente relacionado con la escasez de horas. Casi el 80% de los trabajadores encuestados afirmaron que no se les garantizaba un número fijo de horas semanales, y más de la mitad dijeron que sus horas se habían reducido en el último año.

Esto ha llevado a una situación en la que muchos trabajadores del comercio minorista tienen dificultades para llegar a fin de mes, y algunos se ven obligados a depender de las prestaciones sociales para complementar sus ingresos. El informe señala que esta situación es especialmente grave para las mujeres y los jóvenes trabajadores, que están sobrerrepresentados en el sector.

Nuestra experiencia sobre el terreno demuestra que, cuando hay horas extra disponibles, muchas empresas optan activamente por no ofrecerlas al personal existente que las busca y, en su lugar, optan por "nuevos comienzos" para mantener bajos sus costes salariales", declaró Gerry Light, Secretario General de Mandate.

La cuestión de los salarios bajos y el trabajo precario preocupa desde hace tiempo a los sindicatos irlandeses, y el informe Mandate es el último de una serie de estudios que ponen de relieve el problema. El sindicato pide al gobierno que tome medidas para resolver el problema, entre ellas la introducción de legislación que garantice un horario mínimo a los trabajadores y el aumento del salario mínimo hasta un nivel que permita vivir.

"Cuando las empresas minoristas impulsan los contratos precarios, los trabajadores pagan el precio. Un número reducido de horas garantizadas, horarios que oscilan de una semana a otra, salarios por hora bajos... Esta es la receta para llevar a la gente a la desesperación. Se trata de un sector enorme del empleo y los gobiernos no pueden permitir que los dirigentes empresariales abandonen a su mano de obra de esta manera. Muchos de los principales actores son multinacionales y la UE tiene un papel clave para garantizar que trabajadores y empresarios estén en pie de igualdad", declaró Oliver Roethig, Secretario Regional de UNI Europa.

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