Los empleados de Credit Suisse, así como los de UBS, se enfrentan a una gran incertidumbre tras el acuerdo negociado por el gobierno suizo para su adquisición por UBS. La Asociación Suiza de Empleados de Banca (SBEA), afiliada al sindicato UNI Global , está en contacto con la dirección de ambas empresas y el Gobierno suizo. SBEA pide la creación de un grupo de trabajo en el que participen bancos, interlocutores sociales y autoridades, con el fin de elaborar un paquete de rescate para el personal.

Para apoyar a estos trabajadores y garantizar que no se les deja solos ante las consecuencias de la compra, SBEA ha publicado los siguientes objetivos prioritarios:

1. Las pérdidas de empleo deben reducirse al mínimo absoluto.
SBEA pide la congelación de los despidos hasta finales de 2023 y, a continuación, la aplicación de los despidos inevitables en el marco del plan social. Es necesaria una protección especial y más fuerte contra el despido para los trabajadores mayores de 55 años que tienen especiales dificultades para encontrar un nuevo empleo. En la medida de lo posible, las prejubilaciones compensadas económicamente deberían ser la primera opción.

2. El impacto de los despidos debe mitigarse de la mejor manera posible.
En los casos en que los recortes de plantilla no puedan evitarse o aplicarse, por ejemplo, mediante jubilaciones anticipadas, UBS y Credit Suisse deben hacer un esfuerzo para simplificar la transición a un nuevo puesto de trabajo de los empleados afectados, por ejemplo, mediante un reciclaje exhaustivo. Aunque hay escasez de trabajadores cualificados en el sector financiero, la absorción amenaza con recortes de empleo a una escala que el mercado laboral del sector bancario no podría absorber.

3. Deben ampliarse los planes sociales de eficacia probada.
Es necesario que se apliquen medidas adicionales a todos los empleados de Credit Suisse y UBS. Los actuales planes sociales de UBS y Credit Suisse son buenos instrumentos para la reestructuración ordinaria. Pero la absorción va mucho más allá. Por lo tanto, es necesario que se negocien medidas adicionales con SBEA como interlocutor social.

Además, es necesario que el Estado garantice los puestos de trabajo en el futuro. No es aceptable que las empresas estén protegidas por el dinero de los contribuyentes, pero los empleados se vayan con las manos vacías. El rescate bancario debe significar también el rescate del empleo. Las garantías de mil millones de francos del gobierno suizo deben estar vinculadas a condiciones que beneficien a los empleados, y el gobierno debe contribuir directamente a los costes.

"Respaldamos plenamente a los trabajadores de Credit Suisse y a su sindicato SBEA. No se les puede dejar que paguen la cuenta mientras otros ya se han ocupado de ellos. Si se pone en juego el dinero de los impuestos de los trabajadores, hay que anteponer los intereses de los trabajadores", declaró Oliver Roethig, Secretario Regional de UNI Europa.

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