En sectores como el de los cuidados, el comercio, el correo, la limpieza y otros, las mujeres han estado liderando los esfuerzos para luchar contra la pandemia del Covid-19. A menudo son ellas la cara pública de las líneas de frente, pero ¿qué está sucediendo a puertas cerradas? ¿Qué sucede cuando el hogar se convierte en el lugar de trabajo?
Lamentablemente, se ha producido un repunte en el abuso y la violencia doméstica, lo que demuestra la necesidad de soluciones locales, nacionales y mundiales.
A medida que millones de personas trabajan desde sus casas o se quedan en ellas por la pérdida de sus empleos, un nuevo brote está creciendo: la violencia doméstica. Los períodos prolongados de confinamiento mezclados con el estrés de consecuencias financieras desconocidas y de salud, crean tensiones domésticas.
En China, en febrero se triplicaron los casos de violencia doméstica denunciados. Desde el comienzo del encierro, países como Francia vieron incrementos del 32% en una semana mientras que en el Reino Unido, las llamadas por abuso doméstico aumentaron un 25% desde el comienzo de la cuarentena. En Turquía, solo en el mes de marzo, se registraron 29 asesinatos de mujeres ocasionados por hombres y 21 de ellas fueron asesinadas en el lapso de 20 días desde el 11 de marzo, cuando el gobierno aconsejó al país que se quedara en casa para evitar la propagación del virus.
Los refugios ya están luchando por atender al creciente número de personas, en su mayoría mujeres, que buscan refugio de los abusos. Los expertos estiman que una de cada cuatro mujeres y uno de cada siete hombres se enfrentan a la violencia física por parte de su pareja en algún momento de sus vidas, y en un momento de crisis, esta violencia se agrava.
En el plano local y nacional, los sindicatos deben dar un paso adelante para ayudar a sus miembros proporcionando información y apoyo a los que sufren abusos domésticos. A nivel mundial, la pertinencia de instrumentos como el Convenio 190 y la Recomendación 206 es más fuerte que nunca.
Estos dos instrumentos internacionales incluyen, por primera vez, la violencia en el hogar como elemento que repercute en el empleo y la salud y la seguridad de los trabajadores.
Como se establece en el artículo 18 de la Recomendación 206 en relación con el artículo 10 del Convenio 190, las medidas apropiadas para mitigar los efectos de la violencia en el hogar en el mundo del trabajo podrían incluir
“…c) la protección temporal contra el despido para las víctimas de violencia domestica..
d) la inclusión de la violencia doméstica en las evaluaciones de riesgos en el lugar de trabajo
e) un sistema de remisión a medidas públicas de mitigación de la violencia en el hogar, cuando existan; y
f) la sensibilización sobre los efectos de la violencia doméstica”.
“Son herramientas esenciales para los sindicatos. Nos permiten proteger a nuestros trabajadores en todo el lugar de trabajo – ya sea que ese lugar de trabajo sea su sala de estar, su oficina o una tienda”, dijo Verónica Fernández Méndez, Jefa de UNI Igualdad de Oportunidades. “Necesitamos presionar – ahora más que nunca – para su ratificación y asegurarnos de que los sindicatos los incluyan en sus convenios colectivos y negociaciones. Instamos a los sindicatos de todo el mundo a que incluyan disposiciones firmes en sus actuales negociaciones con los empleadores para garantizar que los trabajadores que sufren violencia doméstica, reciban apoyo durante el período de cuarentena”.
Para más información sobre el trabajo que UNI Igualdad de Oportunidades está llevando a cabo contra la violencia y la violencia en el lugar de trabajo, visite nuestro sitio web: http://en.breakingthecircle.org/
