Un nuevo estudio publicado hoy por UNI Global Union pone de manifiesto la escasez generalizada de personal, los salarios de miseria, el acoso selectivo y las condiciones peligrosas en el sistema mundial de cuidados un año después de que comenzara la pandemia de COVID-19. UNI cree que se trata de la primera encuesta que documenta las condiciones de los trabajadores de cuidados en todo el mundo durante la pandemia.
Más de la mitad de los trabajadores encuestados por UNI dijeron que su salario nos les permitía disfrutar de un nivel de vida digno, es decir, no podían satisfacer necesidades básicas, como vivienda, alimentos y transporte. Más del 30% siguen sin tener un acceso adecuado a equipos de protección individual (EPI) y el porcentaje es todavía más elevado en los países más afectados por el virus. El 65% de los trabajadores que experimentaron el fallecimiento de un compañero o paciente indicaron no haber recibido apoyo de sus empleadores para afrontar la ansiedad, el miedo y otros problemas de salud mental relacionados con su trabajo.
Las historias y las estadísticas que figuran en el informe, elaborado por UNI Global Union con datos facilitados por 3.001 trabajadores de cuidados en 37 países, ofrecen un panorama inquietante del sector de los cuidados a nivel mundial, el cual muy a menudo no tiene en cuenta las vidas de los trabajadores y sus clientes más vulnerables.
“Durante demasiado tiempo, nuestras sociedades han subestimado los cuidados y los han calificado como un ‘trabajo de mujeres’; durante la pandemia, hemos visto las trágicas consecuencias de una fuerza de trabajo infravalorada, sobrepasada y sin los recursos suficientes”, dijo la Secretaria General de UNI Global Union, Christy Hoffman. “A menudo escuchamos que la COVID-19 ha cambiado todo, pero una cosa que no ha cambiado lo suficiente es la forma en que valoramos a los trabajadores de cuidados, especialmente aquellos que prestan cuidados de larga duración”.
“Esta encuesta es una señal de alerta para el sector de los cuidados a nivel mundial. Muestra que si queremos cuidados de calidad —si queremos recuperarnos de esta pandemia y prevenir la propagación en el futuro— debemos revaluar los cuidados y respetar a los trabajadores del sector”.
A nivel mundial, más del 80% de la fuerza de trabajo en el sector de los cuidados y el 90% de los trabajadores que prestan cuidados de larga duración son mujeres. Esta presencia femenina predominante en los trabajos de cuidados incide en las cuestiones más importantes que plantearon los trabajadores en la encuesta.
Entre las conclusiones principales cabe destacar:
- El 52% de los trabajadores dijeron que su salario nos les permitía satisfacer necesidades básicas, como vivienda, alimentos y transporte. Por si fuera poco, un tercio de los trabajadores señalaron que no se les paga mientras esperan recibir los resultados de las pruebas para el coronavirus y casi un cuarto de ellos dijeron que no se les concedía un permiso remunerado para recuperarse en caso de enfermedad.
- El 48% de los encuestados dijeron que la dotación de personal era una de sus preocupaciones principales y alrededor del 75% dijeron que el nivel inadecuado de personal afectaba a su capacidad para prestar cuidados de calidad.
- El 31% siguen sin tener acceso adecuado a EPI. Un trabajador dijo a UNI: “Como personal sanitario comunitario, nunca deberíamos tener que mendigar y arañar para conseguir EPI o trabajar sin ellos”.
- El 65% de los trabajadores que han experimentado el fallecimiento de un compañero o paciente indicaron no haber recibido apoyo de sus empleadores para afrontar la ansiedad, el miedo y otros problemas de salud mental relacionados con su trabajo.
La mayoría de los encuestados prestan cuidados de larga duración, ya sea en residencias o en el domicilio de clientes. La investigación publicada por UNI el mes pasado reveló que los trabajadores que prestan cuidados de larga duración tienen uno de los trabajos más peligrosos del mundo. No es sorprendente que la mitad de los trabajadores encuestados respondieran que algún compañero se había infectado por COVID-19 y que uno de cada diez de ellos dijera que algún compañero había fallecido a causa del virus.
Amnistía Internacional, la ISP y UNI calcularon que las muertes de personal sanitario ascendían al menos a 17.000 durante el primer año de pandemia.
Además de los riesgos que plantea el virus, el 14% de los trabajadores encuestados dijeron que sufrían acoso y violencia por su profesión. Una trabajadora de Austria dijo que fue víctima de “agresiones verbales y amenazas de palizas” de familiares de pacientes, y otra “fue insultada en la calle y el supermercado”.
“Los trabajadores de todo el mundo dicen que necesitan una transformación urgente del sector de los cuidados para situar la vida en el centro de los cuidados. Para ello son necesarios salarios dignos, trabajos seguros, representación sindical y una mejora de las condiciones a nivel mundial”, dijo Adrian Durtschi, jefe de UNICARE, un sector del sindicato mundial que representa a 2 millones de trabajadores.
UNI ha formulado una lista completa de directrices para realizar los cambios necesarios en el sector a nivel mundial, a saber:
- Aumentar la inversión en el sector de los cuidados de larga duración vinculada a los resultados para los trabajadores y los residentes, ofreciendo incentivos a los inversores, empleadores y gobiernos para seguir los protocolos más estrictos y las mejores prácticas en materia de seguridad.
- Todos los países deberían centrarse en mejorar urgentemente las condiciones de trabajo y pagar a los trabajadores que prestan cuidados de larga duración.
- Garantizar que todos los trabajadores de cuidados tienen acceso adecuado a EPI, acceso prioritario a las vacunas contra la COVID-19 y pruebas gratuitas y frecuentes para la COVID-19.
- Establecer niveles de personal seguros para mejorar la calidad del cuidado y gestionar la carga de trabajo de los trabajadores.
- Aplicar medidas de prevención de los factores de riegos psicológicos en el lugar de trabajo y proporcionar servicios de salud mental gratuitos.
- Reconocer la COVID-19 como enfermedad profesional en el sector de los cuidados de larga duración.
- Formar o utilizar comités sindicales de salud y seguridad en el trabajo existentes.
- Lo que es más importante, asegurarse de que los trabajadores tienen voz en la toma de decisiones en el lugar de trabajo a través de los sindicatos y la negociación colectiva.
UNI Global Union representa a 20 millones de profesionales y trabajadores de servicios en 150 países. Su sector UNICARE representa a 2 millones de trabajadores de cuidados en todo el mundo.