Un nuevo Primero de Mayo se acerca en medio de una crisis global inédita y que ha develado las condiciones laborales con las que convivían muchos trabajadores y trabajadoras de los servicios y de los cuidados, pero también la falta de recursos en los sistemas de salud para atender de forma eficiente a la población. En estos 45 días hemos vivenciado cómo los trabajadores de distintos sectores han trabajado sin los recursos necesarios ni la protección adecuada para poder ejercer su labor, arriesgando su vida y la de sus familias.
Las historias de nuestros compañeros y compañeras en todo el mundo son muchas y su lucha es única. Compañeros y compañeras que han realizado su labor sin contar con elementos mínimos de protección como mascarillas, alcohol en gel; otros que han sido obligados a trabajar con personas infectadas u obligados a tener que lavar la ropa contaminada en sus hogares.
Es un Primero de Mayo diferente. Nos toca atravesar una nueva realidad que impacta directamente en la cotidianeidad de las y los trabajadores y nos hace reflexionar sobre el mundo del trabajo que queremos. Es un Primero de Mayo distinto, porque este día quizá no nos vean en las calles de nuestra región o reunidos para conmemorarlo, pero no estamos desconectados: estamos y seguimos tejiendo redes.
Hemos presenciado cómo algunos gobiernos y empresas han puesto por encima las ganancias económicas sobre la salud de quienes las generan. Y desde que comenzó esta crisis nos han visto negociar para defender nuestros derechos; demandar medidas de seguridad para cada uno de nuestros compañeros y compañeras; nos escucharon presionando a los gobiernos y a las empresas para que se implementen los protocolos de salud y seguridad en el trabajo. En algunos países lo hemos logrado; en otros seguimos presionando para visibilizar las atrocidades que continúan ocurriendo, además de exigir que el COVID19 sea reconocido como enfermedad laboral en aquellos países que aún no lo han hecho.
En medio del a crisis, algunos sindicatos han logrado convenciones colectivas, otros han crecido sindicalmente; algunos otros han conseguido beneficios para los trabajadorxs más afectados por la pandemia. Quienes no se habían acercado al movimiento sindical, hoy lo ven como una opción para estar protegidos, para crear una fuerza colectiva que sigue creciendo.
UNI sigue comprometida con las y los trabajadores, buscando el diálogo y el compromiso de las empresas, no solo durante esta crisis, sino para la post pandemia. Ha quedado claro que no podemos volver al modelo en el que estábamos sumergidos. Tampoco queremos más trabajadoras ni trabajadores infectados ni fallecidos. En ese sentido, hoy más que nunca necesitamos de Estados presentes, que garanticen acceso a la salud, inclusión social, pensiones dignas, derecho a la sindicalización y respeto por la negociación colectiva.
“La profunda crisis provocada por la irrupción del COVID19 ha demostrado que la negociación colectiva sigue siendo un mecanismo fundamental para enfrentar y encontrar soluciones para los enormes problemas que hoy viven las y los trabajadores. La pandemia ha revelado problemas profundos que existen en nuestras sociedades, que nos golpean hoy con fuerza y que más temprano que tarde tendremos que encarar. No concebimos otra forma de hacerlo que no sea desde la participación plena del movimiento sindical, que tiene que estar sentado allí donde se discuta el futuro de nuestras naciones y de nuestros pueblos. Los grandes cambios que sobrevendrán a esta etapa no pueden ser discutidos sin una plena participación del movimiento sindical”, subrayó el presidente de UNI Américas, Héctor Daer.
Marcio Monzane, secretario regional de UNI Américas agregó: “Donde hay sindicatos fuertes los trabajadores y trabajadoras tienen más protección, donde no los hay existen más violaciones de los derechos humanos. Este Primero de Mayo queremos recordar también que hay muchísimos trabajadores y trabajadoras que están en la informalidad y que no poseen protección social o no forman parte de un sindicato para defenderlos. Seamos también un canal para que su voz sea escuchada”.
“En la conmemoración de este Primero de Mayo, reafirmamos nuestro compromiso de lucha por todos los trabajadores y trabajadoras que están siendo afectados en esta crisis. Queremos construir una realidad más inclusiva, solidaria, con Estados presentes que garanticen los derechos fundamentales y con un mundo del trabajo con negociación colectiva y respeto”, concluyó.
Por primera vez en 130 años, el movimiento sindical no estará en las calles, pero UNI junto a otros sindicatos en todo el mundo estará celebrando un Primero de Mayo Virtual en la plataforma https://www.labourstart.org/mayday/