Las altas tasas de mortalidad en las residencias de ancianos durante la pandemia COVID-19 han revelado deficiencias graves y estructurales en los sistemas de cuidados de largas duración en todo el mundo y, como resultado, el sector no está preparado para satisfacer la demanda futura en ausencia de reformas. Un nuevo informe de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE): Who Cares? Attracting and Retaining Care Workers for the Elderly (¿Quién se preocupa? Atraer y retener a los cuidadores de los mayores), en el que se recomienda mejorar las condiciones de trabajo en el sector para atraer a más trabajadores y proteger a los que reciben los cuidados).
Las recomendaciones formuladas en el informe (resumen a continuación) están en gran medida en consonancia con las reformas que UNI Global Union insta a mejorar el sector de los cuidados para los trabajadores y los beneficiarios de los cuidados. UNI considera que el diálogo social y la ampliación de la negociación colectiva son pasos necesarios para mejorar las condiciones de trabajo y retener a los trabajadores. Además, el sindicato exige una mayor seguridad mediante la formación y el acceso al equipo de protección personal. El sistema de atención a los mayores sigue sin contar con la financiación y la regulación adecuadas, problema que los fallecimientos causados por el #COVID19 han puesto claramente en evidencia. La financiación suficiente de la dotación de personal no sólo mejoraría la calidad de los cuidados de larga duración, sino que también proporcionaría los empleos tan necesarios en un sector esencial de la economía. Los cuidados de larga duración se verían beneficiados por un conjunto de directrices mundiales y normas mínimas para garantizar la resiliencia y mejores condiciones de trabajo
“Un salario decente, oportunidades de ascenso y representación sindical son imprescindibles en un sector que debe poner la vida en primer lugar y reconocer el papel esencial de los trabajadores de los cuidados de primera línea en nuestras sociedades”, dijo Christy Hoffman, Secretaria General de UNI . “Los gobiernos y los empleadores de todo el mundo tienen ahora la oportunidad de mejorar las condiciones de trabajo en el sector de los cuidados de larga duración mediante la asociación con los sindicatos del sector para dignificar un sector que para millones de pacientes ancianos y enfermos constituye la primera línea de defensa contra el COVID19”.
En el informe se exponen los deplorables problemas sistémicos que existen en nuestros sistemas de cuidados de larga duración y se reconoce que si no se mejoran las remuneraciones de los trabajadores, los niveles de dotación de personal y los protocolos de salud y seguridad, por desgracia el sector no estará preparado para prestar una atención adecuada a la creciente población de edad avanzada o para hacer frente a una futura pandemia.
La pandemia COVID-19 está revelando las fallidas políticas en materia de cuidados de larga duración del pasado: falta de personal, malas condiciones de trabajo, bajos salarios, inseguridad laboral, financiación pública insuficiente y protección social mínima. El mensaje que llevamos a la OCDE debe ser claro: los trabajadores de los cuidados de salud que han arriesgado sus vidas en el frente no sólo son actores imprescindibles en nuestras economías, sino que deben estar en el centro de todo plan para fomentar la cohesión social y la solidaridad intergeneracional, comentóPierre Habbard, Secretario General de la Comisión Sindical Consultiva (TUAC) de la OCDE.
El informe viene pisándole los talones a un mayor escrutinio de las condiciones en el sector de los cuidados. La semana pasada , los trabajadores sanitarios de toda Europa han protestado exigiendo mejoras en los salarios y en sus condiciones.
Conclusiones fundamentales del informe: Who Cares? Attracting and Retaining Care Workers for the Elderly:
Los trabajadores de la salud están mal remunerados, trabajan demasiado y aguantan malas condiciones de trabajo
- El salario es un 35% inferior al del sistema de cuidados intensivos por el mismo trabajo, el trabajo a tiempo parcial es casi el doble y el trabajo temporal también es importante.
- Casi el 20% de los trabajadores de cuidados de larga duración tienen un contrato temporal.
- El informe perfila a los trabajadores de cuidados de larga duración como un 90% de mujeres, un 20% nacidos en el extranjero y un 70% de los trabajadores de cuidados de larga duración son cuidadores personales con requisitos de entrada bajos, con un 56% trabajando en instituciones y el resto en hogares individuales.
- El trabajo de cuidados de larga duración es uno de los más exigentes física y mentalmente, el 60% de los trabajadores informa estar expuesto a factores de riesgo físico, el 46% está expuesto a factores de riesgo para el bienestar mental (incluyendo la violencia de los que reciben los cuidados), así como al acoso sexual.
Los destinatarios de los cuidados sufren las consecuencias de las malas condiciones de trabajo que deben soportar los cuidadores;
- Los trabajadores no pueden prestar cuidados de alta calidad si no tienen condiciones de trabajo decentes.
- La falta de continuidad en la dotación de personal también afecta a la calidad de los cuidados (es decir, la dotación de personal ocasional y temporal tiene un impacto negativo en las personas que reciben los cuidados).
El sector de los cuidados enfrenta un tsunami de escasez de trabajdores
- La fuerza de trabajo tendrá que aumentar en 13,5 millones de personas para 2040 si se quiere mantener las proporciones actuales.
- Si los países desean mantener la proporción actual de cuidadores con respecto a la población de edad, deberán aumentar en más del doble el número actual de trabajadores de cuidados de larga duración. En algunos países, como Luxemburgo y Corea, el número de trabajadores de cuidados de larga duración debe aumentar en un 100% o más
Recomendaciones de la OCDE:
Deberán mejorarse las condiciones de trabajo para satisfacer la demanda
- Hay que invertir para mejorar las condiciones generales de los trabajadores, lo que mejorará intrínsecamente las normas de atención a los residentes y los clientes, lo que incluye la remuneración, las oportunidades de capacitación y la seguridad de los trabajadores.
- Los aumentos salariales mejoran la retención de los trabajadores y la capacidad de atraer nuevos trabajadores.
- Podrían elaborarse y aplicarse normas de seguridad relacionadas con una combinación adecuada y suficiente de mano de obra calificada para garantizar el cumplimiento de las normas mínimas.
- Para garantizar un nivel de cuidados adecuado, algunos países tienen requisitos relativos a las normas de dotación de personal en relación con el número de trabajadores necesarios.
Mejorar el diálogo social y el acceso a la negociación colectiva
- La negociación colectiva y el diálogo social pueden contribuir a la aplicación de medidas de política exhaustivas, en particular en materia de remuneración, formación y condiciones de trabajo.
- Los trabajadores de cuidados de larga duración suelen carecer de representación y, por consiguiente, tienen poco poder de negociación colectiva para negociar mejores condiciones.
- Hay adaptar el marco legislativo y de negociación colectiva para los trabajadores autónomos que prestan servicios de cuidados de larga duración domiciliarios.
Los sindicatos pueden facilitar a los trabajadores el acceso a la formación
- Las jurisdicciones que permiten a los trabajadores negociar directamente con el gobierno observan mejoras más concretas para todos los trabajadores (los trabajadores de cuidados domiciliarios en Illinois y California, Estados Unidos, han obtenido el derecho a negociar directamente con estos estados, que son considerados como el “empleador con fines de negociación”, y han conseguido aumentos salariales.
