Un año después del inicio de la pandemia mundial, UNICARE ha publicado hoy nuevas directrices en las que se presentan cambios clave en la industria que ayudarán al personal y los residentes de las residencias de ancianos a estar más seguros durante la pandemia de COVID-19 y posteriormente.
En Negociar un escudo contra la COVID-19: directrices para la respuesta de los sindicatos se enumeran principios para introducir cambios en el sector, así como estudios de casos que pueden guiar a los sindicatos en su labor de lucha contra el coronavirus y en la introducción de cambios fundamentales en su industria. Los sindicatos de UNICARE, que representan a 2 millones de trabajadores en todo el mundo, han visto a sus afiliados traumatizados por las consecuencias físicas y mentales de la pandemia en el sector.
La situación en las residencias de todo el mundo sigue siendo crítica 12 meses después de los primeros confinamientos mundiales. Las tasas más altas de defunciones en muchos países se han registrado entre los residentes de los hogares para mayores. UNI Global Union publicó un nuevo informe la semana pasada en el que mostraba que el coronavirus ha convertido el trabajo de cuidados de larga duración en una de las ocupaciones más peligrosas.
Negociar un escudo ofrece directrices clave para que los sindicatos utilicen su poder de negociación con miras a mejorar las condiciones en sus lugares de trabajo y en el sector en su conjunto.
Estas directrices recomiendan que los sindicatos y el sector negocien y promuevan:
· Garantizar que todos los trabajadores de las residencias tengan EPI adecuados, acceso a la vacuna contra la COVID-19 y pruebas diagnósticas de la COVID-19 gratuitas.
· Establecer niveles seguros de dotación de personal para asegurar un cuidado de calidad para los residentes y una carga de trabajo razonable para los trabajadores y salarios que les permitan mantener a sus familias.
· Crear y aplicar protocolos para enfermedades infecciosas en las residencias.
· Impartir formación sobre enfermedades infecciosas al personal de las residencias para que puedan protegerse a sí mismos y a los residentes.
· Reconocer la COVID-19 como enfermedad profesional en la industria de cuidados de larga duración.
· Garantizar permisos remunerados y atención médica de calidad para todos los trabajadores que se pongan enfermos.
· Formar comités de salud y seguridad en el trabajo o utilizar los existentes para abordar todas estas cuestiones con la dirección.
· Apoyar el acceso a la representación sindical y la negociación colectiva.
“La magnitud de las muertes e infecciones en las residencias durante la COVID-19 debería ser un llamamiento a la acción. Sabemos lo que hace falta
para realizar cambios en este sector, los estudios son claros. Debemos actuar de consuno sobre la base de estos consejos, no hay razón para seguir demorándonos. Es hora de hacer las residencias más seguras para todos, ahora y en los próximos años”.
Impulsar cambios sistémicos no es fácil, pero la solidaridad mundial y el intercambio de mejores prácticas ayudarán a los sindicatos a introducir cambios en el sector que salvarán vidas.
“Ha sido un año de inmensa tristeza y de lucha, ya que hemos perdido a residentes a los que cuidábamos, a muchos miembros de nuestra familia sindical y a compañeros y compañeras no sindicalistas”, dijo Miguel Zubieta, Presidente mundial de UNICARE. “Lloramos por aquellos que hemos perdido, pero lucharemos en su honor y utilizaremos la negociación colectiva y la sindicación para asegurarnos de que los trabajadores tienen EPI y vacunas y para mejorar las normas en el sector con el objetivo de ayudar a acabar con la pandemia y hacer las residencias más seguras para