Ayer Colombia se vistió con sus colores y salió a defender dignidad. El Paro Nacional del 21 de noviembre convocó a más de 200 mil personas -según la cifra oficial- que marcharon pacíficamente en varios puntos del país, en una movilización catalogada como histórica, ya que algunos medios de comunicación hablan de la participación de al menos 2 millones de personas.
Las calles de la capital fueron inundadas por manifestantes de organizaciones sindicales, sociales, indígenas, estudiantiles, que cuestionaron fuertemente “el paquetazo” de medidas que quiere implementar el presidente colombiano, Iván Duque. A la marcha monumental la prosiguió un cacerolazo hasta la medianoche, y en algunas ciudades del país se registraron incidentes, con la represión y gases lacrimógenos como protagonistas.
En muchos países de nuestra región estamos viviendo un momento de estallido social como respuesta a los ataques a los derechos conquistados, disfrazados de “productividad” y “modernización”. En el caso particular de Colombia la Reforma Laboral propone el salario diferencial por región, contratación por horas y la reducción del salario mínimo, además de que corre peligro el derecho de las y los trabajadores a cobrar su pensión. La inconformidad contra el gobierno en el día de ayer se expresó de forma contundente, ya que sus medidas representan un retroceso en materia de trabajo decente y vida digna.
Otra de las consignas fue marchar contra la criminalizacion de la protesta y contra los asesinatos de líderes sociales. Rómer Díaz, presidente de la Subdirectiva de Sintrabrinks, manifestó: “Hoy también nos movilizamos contra la criminalización que el Estado quiere hacer de la protesta social, un derecho adquirido”.
“No vamos a permitir que nos callen solo por denunciar y defender el derecho de los trabajadores y trabajadoras. Es preocupante que en nuestro sindicato hubo cinco amenazas de muerte a dirigentes por realizar su labor sindical”, agregó.
Por su parte Francisco Sánchez, presidente de ACEB, expresó una de las razones por las que se adhirieron al paro: “Estamos marchando para rechazar las privatizaciones, que es la materialización del modelo neoliberal. No solo regala los recursos del país, sino que acaba con el movimiento sindical que fortalecía al movimiento social colombiano”. Sofía Espinosa Ortiz, presidenta de UNEB, indicó que uno de los motivos por los que se suman al paro es la reforma tributaria: “Esta reforma busca poner a tributar a las clases pobres, a las y los trabajadores, pero sigue existiendo la exención a las grandes multinaciones”.
“También manifestamos nuestro rechazo al holding financiero, ya que intenta acabar con las empresas de capital del Estado, las que defienden el derecho a la pensión digna. Necesitamos una Colombia con trabajo decente y pensiones dignas, una Colombia con salud para todas y todos, una Colombia que respete los acuerdos de Paz”, concluyó.
Una vez más felicitamos al pueblo colombiano, en especial a nuestras afiliadas, que demuestran día a día su compromiso y lucha por una Colombia más justa y menos desigual y destacamos la necesidad de que se promueva el diálogo social en todos sus ámbitos, escuchando a todos los actores involucrados. Asimismo, repudiamos la violencia y la militarización en las calles que dejó como saldo la muerte de 3 manifestantes y cientos de heridos.